Actualmente existe un amplio consenso en relación a la enseñanza de las ciencias basada en indagación, como la mejor estrategia para la enseñanza de ciencia. Las siglas en español son ECBI (Enseñanza de las ciencias basada en indagación) y en inglés IBSE (Inquiry based science education). Aunque pueda parecer una propuesta moderna, estas ideas circulan desde hace décadas en los “standards” de países como Inglaterra, Estados Unidos, Finlandia y sí, actualmente, también se incluye de forma implícita, en el currículo escolar español.
Cuando se aplica ECBI los alumnos formulan sus propias preguntas, construyen hipótesis, diseñan experimentos, comunican, evalúan, argumentan y trabajan de forma cooperativa. Es una estrategia que reproduce la forma en la que trabaja la ciencia y estimula la aplicación de actitudes y competencias científicas.
Dicho así suena bien, pero el problema suele ser aplicarlo, así que no dudes en usar esta sencilla chuleta, que en 5 pasos te puede ayudar a la hora de enfrentar el momento de investigación y experimentación. Y si no es suficiente, revisa los ejemplos de nuestro blog de recursos “Ciencia desde la cuna”. En mi experiencia, el modelo de ECBI que voy a explicar es recomendable a partir de 5-6 años, es decir último curso de Educación infantil, 1º de Educación Primaria.
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Quedar maravillado por un fenómeno que has vivenciado o quizás has visto en libros o internet, puede ser un buen punto de partida para una investigación. Sin embargo es fundamental observarlo bien, informarse en las fuentes a nuestro alcance y captar información desde diversos ángulos, para “afinar” lo que realmente te gustaría saber acerca del fenómeno. Ten en cuenta que algo tan simple como una preciosa y esférica gota de agua en la pata de un insecto, tiene muchos elementos susceptibles de ser investigados: relacionados con la velocidad de evaporación, la esfericidad de la gota, el tipo de superficie en el que se forma, la temperatura del agua o del entorno, su composición química, su función biológica, etc..
Ahora sabes lo que quieres investigar, has formulado preguntas “investigables” (basadas en criterios objetivos y cuantificables), construido algunas hipótesis (explicaciones) o determinado patrones que nos invitan a predecir el comportamiento del fenómeno. Este ejercicio ayuda a ubicar conceptualmente el fenómeno que tanto te había maravillado y a dar el primer paso hacia un conocimiento más profundo de su naturaleza.
Es muy importante controlar todos los aspectos de la investigación: ¿Tienes todo el material necesario?¿Has tenido en cuenta que las condiciones del experimento y todo lo que lo rodea se mantenga igual para todas los medidas? Identifica qué variable (temperatura, sustancias, fuerza,…) vas a cambiar tú y qué esperas que cambie en el experimento (tiempo, temperatura, distancia…) y decide cómo o con qué dispositivo lo vas a medir (cronómetro, termómetro, regla…). Puedes ver cómo realizamos este proceso en la el proyecto de investigación CookieLab.
Planificando cuidadosamente serás capaz de extraer información relevante. Lo más importante: la investigación debe estar dirigida a responder la pregunta que te has hecho. De nada sirve preguntarse por el color de los pétalos de una flor y orientar la investigación hacia su tamaño.
Ahora que tienes resultados hay que interpretarlos y analizarlos. En definitiva, tienes que determinar relaciones de causa y efecto entre lo que hemos ido cambiando durante la experimentación y el estado del fenómeno de estudio.
Queremos aprender a hacer ciencia y para eso es necesario el diálogo. Comuniquemos los resultados, procedimientos, preguntas que realizamos, en definitiva, todo el proceso puede ser confrontado con nuestra comunidad (grupo, aula, colegio, familia). Confirmar la consistencia de nuestra investigación y argumentar su defensa, es la piedra angular de la ciencia, como hecho social.
No olvides que la ciencia no plantea una visión estática del conocimiento sobre el mundo que nos rodea. Nuestras ideas previas, acerca de cómo funciona un fenómeno pueden verse modificadas por la investigación y provocar la aparición de nuevas y apasionantes preguntas, que invitarán a realizar nuevos descubrimientos.
Recuerda que este proceso es una de las posibles interpretaciones de la enseñanza basada en indagación. Los diferentes autores aplican distintas interpretaciones en función del objetivo de investigación (por ejemplo, el “diseño de ingeniería”, que tiene como objetivo el desarrollo de un producto que resuelva un problema) o adaptaciones en función de la edad de los alumnos, como es el caso del uso de “propuestas científicas” y modelos de enseñanza de las ciencias en “libre elección”, que aplicamos en las sesiones de Investigactiva.
Dicho así suena fácil, pero siempre nos encontramos con dificultades y dudas a lo largo del proceso. Haz comentarios y comparte tus inquietudes y experiencias.
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